viernes, 8 de marzo de 2013

La educación como industria del deseo.



EL DIFICIL ENCAJE DE LAS EMOCIONES

Es verdad que las personas nos movemos por las emociones, pensamos que nos mueven las ideas, pero si esas ideas no van cargada de emoción, de sentimiento, no transmiten y pronto desaparecen.

Somos animales racionales que pensamos, pero nuestras emociones son lo que en realidad nos importan, nos motivan. Por eso se pierde interés en algo como la enseñanza, porque ya no resulta emocionante estar aprendiendo tantos años lo mismo. Hay que ver cómo se puede formar al alumno de manera que lo que se le esté enseñando conecte con él.



LA INDUSTRIA DEL DESEO

En realidad estamos tan influenciados por los medios de comunicación y sobre todo por la publicidad, que somos capaces de considerar que algo es imprescindible en nuestra vida cuando en realidad no lo necesitamos para nada. Esto lo hacemos, porque si no, vamos a ser menos que otras personas con las que nos gusta relacionarnos, o para que los demás vean cuanto tenemos, es decir, por ostentosidad.

Luego otras cosas verdaderamente importantes como la educación no lo es. Esto lo ha conseguido este tipo de sociedad consumista y superflua, que muchas veces los menos formados son los que más poder económico tienen y el pobre estudiante no tiene un euro.

Ahora que las cosas económicamente están cambiando, es cuando hay que conseguir, que el estudiante vea lo importante que es formarse y eso lo tiene que conseguir el educador, lo mismo que el publicitario consigue vender.



LA FÁBRICA DEL DESEO.

La educación tal y como está establecida hoy en día, ha hecho que los estudiantes pierdan el interés por aprender. La culpa de todo como ya sabemos es de nuestra sociedad consumista. Pero también es cierto que los educadores hoy en día, no todos, pero si muchos, no están comprometidos con la enseñanza como antes. Ahora es más fácil llegar a clase y soltar el rollo, y que se las apañe cada uno como pueda, que intentar hacer una clase amena, interactiva, etc.

¿Por qué? Pues porque este tipo de clases requieren más esfuerzo, los alumnos no están acostumbrados a ellas y se alteran más y se avanza menos en el dichoso temario. El temario también es culpable del fracaso escolar, los educadores se preocupan mucho de cumplirlo pero sin pararse a pensar si todo el temario es realmente necesario, ya que muchos conocimientos imprescindibles no se asientan y al alumno se le bombardea con mucha información que sí le será necesaria más adelante, pero que no le permite asentar lo básico. Se ha llegado a un punto en educación que a veces da igual ir a clase que no, pues si todo se lo tiene que solucionar el alumno solo.

Pues todo esto es lo que ha hecho que la educación no sea deseable y hay que intentar cambiarlo.



EN LUCHA CONTRA EL YAMIKE

Los educadores deben de conseguir lo mismo que los publicitarios cuando lanzan un nuevo producto, que el público se sienta atraído por él. Pues los educadores igual, estamos de acuerdo que los contenidos son antiguos y siempre lo mismo, si hasta ellos se aburren de enseñar año tras año lo mismo, por eso tienen que innovar en educación, ya sea incluyendo medios tecnológicos o bien formando educadores con otra visión de cómo llevar estos conocimientos a la vida actual. Hay que conseguir que el ir a clase sea una ilusión no un castigo. Un ejemplo es la forma de educar que se ve en el video Children full of live, ahí se puede ver cómo se puede cambiar. También adaptando las aulas a las nuevas tecnologías que hacen que el aprendizaje sea más dinámico, etc. Se tiene que conseguir lo mismo que en publicidad se consigue con los productos que se quieren vender, hacernos ver que la educación es imprescindible en nuestra vida, ya sabemos que lo es, pero tenemos que sentir que lo es y desearla.



EDUCACION Y DESEO

Se debe estimular al alumno, es lo más importante, tiene que ver el aprendizaje como algo imprescindible en su vida, algo deseado por él, que se olvide que es aburrido y monótono. El problema es conseguir esto, cada vez hay más fracaso escolar, y los que estudian muchos lo hacen porque no hay otra cosa mejor. Se ve que el interés decae tanto en alumnos como en educadores, esto es una rueda que hay que conseguir parar, y solo se va a conseguir con motivación por ambas partes.





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